Mujer saliendo del gimnasio con esterilla pilates

Mantén una vida activa con beta talasemia

Gaia, una paciente real con talasemia mayor en Italia.

Mantén una vida activa

Todos conocemos los beneficios del ejercicio diario. Puede ayudar a mantenerte saludable y a mejorar tu calidad de vida.1,2 Pero si tienes beta talasemia, los síntomas pueden afectar lo que eso significa para ti.1 Es importante poder encontrar el equilibrio que más te convenga en relación al tipo y nivel de ejercicio, esto es diferente para cada persona.

La buena noticia es que hay muchas opciones, por lo que puedes encontrar una actividad que no te suponga mucho estrés para el cuerpo (bajo impacto) o una actividad que te acelere el corazón (alto impacto), según tus habilidades y necesidades actuales.

La beta talasemia no debería interponerse entre tu tiempo de ocio y tú. Ya sea bailar o jugar al fútbol, cuanto más disfrutes de la actividad, más probable será que la sigas practicando. Habla con tu equipo médico sobre cómo puedes sacar tiempo para tus pasatiempos actuales o para otros nuevos.

Mujer ajustando reloj antes de hacer deporte

Tu equipo médico puede ayudarte a encontrar una forma de realizar actividad física que se adapte a tus necesidades. Puedes hablar con ellos sobre el apoyo que necesitas para empezar o realizar tu actividad elegida de manera segura.

¿Qué te aporta la actividad física regular?

Pies caminando

Posiblemente consideres el deporte y el ejercicio como algo que debes hacer para mantenerte en forma. Pero en realidad es mucho más que eso.

El movimiento ayuda a mantener sanos el corazón y el cuerpo, y puede ayudar a fortalecer los huesos.1,2 Pero, para muchas personas, también es divertido y puede ser una excelente manera de conocer personas nuevas. Además, quizás descubras que te ayuda a generar más confianza y seguridad en ti mismo.3 Si tienes tendencia al decaimiento o a la ansiedad, también puede ayudarte a reducir la ansiedad y la depresión.3 

Si la beta talasemia afecta a tu bienestar emocional, consulta la sección “Cómo cuidar tu salud mental” para descubrir maneras de mejorar tu estado de ánimo.
 

Con todas estas ventajas, ¿cómo puedes empezar?

Consejos para mantener una vida activa

Incluso si consideras que la actividad física es algo positivo, puedes enfrentar desafíos o contratiempos.

La anemia y la fatiga pueden hacer que te cueste hacer ejercicio.4 Podría ser que te resultara difícil disponer de tiempo para practicar alguna actividad física en tu día a día, ya que puede ser que priorices el control de tu beta talasemia (ir a citas, etc.) por encima de todo lo demás.

Mujer con falda pasando la calle

Algunos ejemplos de actividad física6

La actividad moderada hace que el corazón lata más rápido, pero te permite hablar (aunque no cantar).

  • Caminar rápido
  • Bailar
  • Actividades de jardinería
  • Hacer gimnasia aeróbica acuática

La actividad intensa dificulta el poder hablar.

  • Realizar una actividad de intensidad moderada más rápido
  • Andar en bicicleta rápido y cuesta arriba
  • Nadar
  • Artes marciales
  • Fútbol

Una actividad muy intensa que implique periodos breves del mayor esfuerzo posible.

  • Ir a clase de spinning
  • Hacer pesas
  • Subir corriendo escaleras o una pendiente lo más rápido posible
  • Alternar tiempos cortos de carrera con tiempos cortos de descanso
  • Practicar entrenamiento de circuito

Los ejercicios de fuerza involucran la repetición de una actividad que te ayudará a desarrollar músculos, con descansos breves en el medio.

  • Ejercicios como flexiones de pecho y abdominales
  • Pilates
  • Yoga
  • Levantar y transportar niños o bolsas pesadas
  • Cavar y mover tierra con la pala en el jardín

Aquí puedes encontrar más tipos de ejercicio para adultos.

Sea cual fuere el desafío que enfrentes, prueba estos tres consejos para empezar con la actividad física:

1. Aumenta la intensidad lentamente.

Aumenta gradualmente el ejercicio para que el cuerpo tenga tiempo de acostumbrarse.5 Y recuerda ir despacio si últimamente no te has sentido bien o si no has hecho ejercicio durante un tiempo. Permite que el cuerpo descanse si te sientes mal e intenta no realizar ejercicios demasiado fuertes cuando te estés recuperando.

Incluye siempre una fase de calentamiento y otra de relajación como parte de tu rutina.5 Y detente para descansar si sientes falta de aire, náuseas o debilidad5.

2. Encuentra la opción correcta para ti.

Evalúa cómo te sientes en el momento de elegir un nivel de ejercicio que sea adecuado para ti. Hay muchísimas opciones y lo que elijas depende de ti.

Por ejemplo, se ha demostrado que algunos parámetros que afectan a las capacidades físicas, como la hemoglobina, el VO2 máximo y el VO2 anaerobio o el ritmo cardiaco, mejoran después de una transfusión.4 Es perfectamente comprensible descansar si fuera necesario.4

Independientemente de que estés buscando algo de baja o alta intensidad, puedes hablar con tu equipo médico para obtener ideas y asesoramiento. También puedes hablar con otras personas que conozcas que tengan beta talasemia para averiguar qué hacen ellas. O bien, puedes encontrar más información sobre ejercicios de fuerza y flexibilidad, correr y ejercicios aeróbicos, y vídeos de entrenamiento en el sitio web del Ministerio de Sanidad español aquí.

3. Hazlo parte de tu día.

Si te cuesta sacar tiempo para el ejercicio, puedes incluirlo haciéndolo parte de tu día. Puedes intentar caminar o andar en bicicleta para ir al trabajo o a la escuela, por ejemplo. O bajarte antes del autobús o el tren, y usar las escaleras en lugar del ascensor. Quizás todo lo que necesitas para mantenerte activo/a son pequeños cambios.

Algunas actividades físicas pueden resultar divertidas para hacer con amigos y familiares. Así puedes pasar tiempo de calidad con ellos mientras te mantienes en movimiento.
 

Por supuesto, es una buena idea consultar a tu equipo médico antes de comenzar una actividad nueva. Ellos podrán ofrecerte asesoramiento sobre cómo empezar de manera segura esa actividad.

Si todavía tienes dudas de por dónde empezar, consulta nuestra sección “Comunidad” para conocer grupos locales que podrían ayudarte a encontrar una actividad o equipo en el cual participar. Así que sigue buscando hasta encontrar lo que te funcione.

¡Disfrútalo!

Cuando se trata de la actividad física, se debe encontrar el equilibrio correcto entre qué ejercicio es útil para ti y lo que puede impactar los síntomas de tu enfermedad. Usa como referencia aquello que te permita sentirte bien y recuerda siempre hablar con tu equipo médico sobre qué es lo adecuado para ti.

Persona nadando
Icono de interfaz de navegador con elementos de chat activo

Centro de recursos

Nuestras herramientas y guías descargables te ayudarán a gestionar tu vida con beta talasemia.

Encuentra tu ruta

    1. Cappellini MD, et al. 2021 Guidelines for the management of transfusion dependent thalassaemia (TDT). 4.a edición. IDF, 2021.
    2. Nystoriak MA, Bhatnagar A. Cardiovascular Effects and Benefits of Exercise. Front Cardiovasc Med. 2018;5:135. doi: 10.3389/fcvm.2018.00135.
    3. Mandolesi L, et al. Effects of physical exercise on cognitive functioning and wellbeing: biological and psychological benefits. Front Psychol. 2018;9:509. doi: 10.3389/fpsyg.2018.00509.
    4. Benedetto D, et al. Effects of blood transfusins on exercise in thalassemia major patients. Plos One. 2015;10(5):e0127553
    5. Molazem Z, et al. The Effects of Nutrition, Exercise, and a Praying Program on Reducing Iron Overload in Patients With BetaThalassemia Major: A Randomized Clinical Trial. Iran J Pediatr. 2016;26(5):e3869. doi: 10.5812/ijp.3869.
    6. National Health Service (NHS). Physical activity guidelines for adults aged 19 to 64. 2021. Disponible en: https://www.nhs.uk/livewell/exercise/exerciseguidelines/physical-activityguidelines- for-adults-aged19-to-64/. Consultado en junio de 2024.